Sara Correia llega a 2024 con el justo estatus de fenómeno: ha recorrido el mundo bajo aplausos, ha publicado dos discos aclamados por el público, elogiados por la crítica y premiados por la industria, ha sido nominada a los Grammy Latinos, ha cantado a Amália y se ha inclinado ante Carlos do Carmo, ha reunido a su alrededor a algunos de los mejores letristas y compositores de la actualidad y ha afirmado el fado como su casa. «Y todo -asegura- ha sucedido de forma natural, sin que yo lo buscara o forzara. Todo ha sido como la vida lo ha querido», dice Sara, con humildad.
Liberdade, explica también la fadista, es exactamente el disco que quería hacer ahora, un álbum que se ha llevado a cabo sin presiones, fruto de muchas conversaciones con su productor habitual, Diogo Clemente. Un álbum uniforme y cohesionado, que en el escenario es un espectáculo teñido de muchos colores y texturas distintas, que resultan de experiencias e influencias sutiles captadas en otros géneros.
Todo esto cabe en el fado de Sara Correia, todo esto resuena en su alma que vive plenamente en esta Liberdade.