Resistencia supone una continuación de los proyectos precedentes de la artista Ana Pavón, en los que se exploran las capacidades plásticas de la idea de lo oculto como método de seducción, con el fin de crear una suerte de erótica de la pintura, producida al generar atracción por aquello a lo que no podemos acceder. Se trata de crear la imagen que no se deja tragar, la imagen espesa y opaca, que afirma la planitud de su superficie, impide la penetración en el cuadro para detenerte en su apariencia. Frustrando al espectador, lo obligamos a rellenar los huecos con lo conocido de antemano, se produce una imagen que al instante se resiste y, enseguida, se presta a terminarse en la cabeza. La poética del misterio en la que el proyecto siempre se ve inundado, se nutre del imaginario grecorromano y de la lírica superviviente escrita por mujeres de esta época. Se conjuga un tratamiento contemporáneo de la pintura con los poemas y fragmentos que han sobrevivido a más de dos mil años de antigüedad para crear un espacio pictórico que aboga por lo poético, por la sugerencia más que por la descripción y por la experiencia más que por la interpretación. Así, la inaccesibilidad de la imagen se combinará con la inaccesibilidad del texto: pintura y poesía inalcanzables. Se reivindicará un espacio y una experiencia pictórica en la que la mirada subjetiva será protagonista: leer el cuadro será, en definitiva, movilizar nuestros recuerdos y experiencias del mundo visible, para poder rellenar los huecos, las zonas vacías o mal definidas que, deliberadamente, la artista sitúa y dispone con cuidado en la sala de exposiciones.